La atención al público es un arte.
La labor de los profesionales de la imagen es escuchar, entender, analizar y asesorar para, después, realizar el servicio que cada cliente desea. Está en sus manos proponer las opciones que más se adecuan a sus objetivos, así como ofrecerles la máxima comodidad y calidad en el servicio a lo largo de su estancia.
Y es que cuando un cliente entra por la puerta de un salón de belleza, peluquería o barbería está dando toda su confianza a los profesionales para que cuiden de su imagen y cumplan con todas sus expectativas.
Este servicio debe traducirse como una oportunidad clave para fidelizar su habitualidad y convertirse en sus profesionales o centro de referencia.
Es por eso que toda nuestra formación (desde los Ciclos Formativos de Grado Medio y Grado Superior hasta los cursos de especialización para profesionales en activo) busca aportar a los alumnos todas las herramientas necesarias para aprender a actuar en público, atendiendo a clientes reales y entrenando sus habilidades para detectar todas sus necesidades.
Los centros de peluquería y estética son un lugar donde los usuarios pueden llegar a pasarse muchísimo rato, por lo que hay que establecer un clima de confianza y hacer de cada establecimiento un lugar cálido y apacible donde los clientes se sientan como en casa.
¿Quieres conocer los mejores consejos para prestar un servicio de atención al público digno de admirar?
¡Los detallamos a continuación!
1. Establecer feedback
El trato y la capacidad de establecer un feedback con los clientes marcará una diferencia enorme en cuanto a la incidencia que puede llegar a tener el profesional a la hora de recomendar y argumentar servicios y productos de cuidado personal.
Para ello, el profesional debe asegurarse que cuando el cliente entra por la puerta ya se sienta atendido, mostrándole en todo momento ilusión por recibirlo y ganas de ofrecerle una experiencia inmejorable.
El cliente debe ser el centro de atención, no se debe descuidar en ningún momento y hay que hacerle saber todo lo bueno que se puede llegar a hacer por él.
Resolver sus dudas con honestidad, ofreciéndole en todo momento una información clara y sincera, ayudará al profesional de la imagen a conseguir ganarse su confianza.
2. Conocer sus necesidades
Es muy frecuente que los clientes acudan al salón con una idea de servicio en concreto, muchas veces influenciado por referentes o anuncios que han visto en las redes sociales.
Como especialista en la materia, el profesional de la imagen debe interesarse por los objetivos del cliente para conocer a la perfección lo que realmente quiere y recomendarle, a posteriori, el mejor camino para llegar a ellos.
Es por eso que es muy importante colocarse en su piel y empatizar con sus necesidades, tanto de imagen como económicas, para saber exactamente cómo anticipar sus deseos, gustos y así poderlo sorprender.
Cada cliente es un mundo, por lo que cabe prestar mucha atención para detectar las preferencias individuales y entender lo que realmente se quiere y necesita.
3. Ofrecer una experiencia perfecta
Más allá de la calidad del servicio, que evidentemente debe rozar la excelencia, para poder ofrecer una experiencia perfecta y un servicio de atención al público impecable, el profesional debe asegurarse de tener controlados todos los detalles.
¿Qué significa esto? Que el centro tiene que estar limpio, ordenado y adecuado a todos los protocolos higiénicos, y que el profesional debe tener controladas las horas para cumplir con el tiempo establecido por cada servicio – es muy importante no hacer esperar a los clientes, por lo que se debe cumplir con los tiempos acordados -.
Todo, sin descuidar, por supuesto, el ambiente relajante que rodea cualquier salón, tener pequeños detalles con los clientes – como un ligero toque de maquillaje, un breve masaje, un afeitado de barba,… – y un equipo altamente cualificado para ofrecer un trato inmejorable.
4. Diagnóstico y asesoría personalizada
Para que un centro de peluquería o estética se diferencie de los demás, debe ofrecer servicios exclusivos y una atención al público que aporten un valor añadido al cliente.
Dos de ellos son el diagnóstico y la asesoría personalizada.
Ambos consisten en tratar individualmente el caso de cada cliente desde sus necesidades hasta sus objetivos de imagen para ofrecer un servicio completo que no solamente cumpla con sus expectativas estéticas, sino que también le suponga una mejora en el estado de su salud.
5. Recomendación de productos
A día de hoy existen muchísimas firmas que ofrecen diferentes líneas de productos de cuidado capilar, facial, corporal, de esmaltado de uñas, maquillaje,… un hecho que, la mayoría de veces, dificulta al consumidor la correcta elección y compra de estos mismos.
Los profesionales de los salones de belleza son los encargados de responder a esta necesidad. Y es que como especialistas, deben recomendar los productos más adecuados para sus clientes.
Es muy importante hacer ver al cliente que el profesional encargado de tratar su cabello, cuerpo, piel, etc. es una figura indispensable para sus rutinas de cuidado, ya que conoce a la perfección sus necesidades específicas así como la imagen que quiere llegar a proyectar.
