Estudiar peluquería cada vez es más común entre los jóvenes. Se trata de una profesión con amplias salidas laborales y con una rutina educativa muy dinámica y creativa.
Sin ir más lejos, la etapa formativa del alumno que estudia el Grado Medio de Peluquería es muy práctica, permitiéndole así experimentar a diario sus capacidades, inquietudes profesionales y actitudes frente a su futuro trabajo.
En este sentido, la escuela Josep Pons busca motivar y estimular aún más el talento de los nuevos jóvenes que desean empezar en este apasionante sector formándolos en base a la realidad del sector.
Y es que después de 87 años de experiencia, el objetivo de la Firma sigue siendo el de ofrecer la formación más completa en imagen personal dando al alumno las herramientas, conocimientos, contactos y ayuda necesaria para que se haga su propio lugar dentro del mercado laboral.
● Titulación oficial
La escuela Josep Pons fue una de las primeras academias en impartir el Ciclo Formativo de Grado Medio de Peluquería y Cosmética Capilar homologado por la Generalitat de Catalunya. Esta certificación significa que una vez se termina el curso, el estudiante recibe una titulación oficial que reconoce su profesión de Técnico/a de Peluquería.
La importancia de las titulaciones oficiales recae en que cada curso tiene que seguir unos determinados estándares de calidad. Entre ellos destaca la impartición de un temario estipulado por las autoridades educativas, que en su momento desarrolló Josep Pons junto al Ministerio de Educación y Cultura.
● Desarrollo del curso en un escenario real
El Grado Medio de Peluquería de la escuela Josep Pons se imparte en un escenario real. Y es que los alumnos del curso, desde el primer día, desarrollan toda su actividad formativa en una academia que simula un salón de peluquería. ¿Qué significa esto? Que a diario se ponen a prueba en las zonas de recepción, de lavacabezas, de corte, coloración y peinado, de barbería, de estética,...
De hecho, la metodología formativa de este curso es principalmente práctica. Es por eso que todos los conocimientos que se aprenden en el aula se trasladan constantemente al escenario de la realidad para fomentar una mayor consolidación.
Esto permite al alumno ver en primera persona en qué consiste el trabajo de un estilista en peluquería profesional, desde que el cliente entra por la puerta hasta que se va. Además, también aprende a utilizar todas las herramientas básicas de cualquier salón de peluquería, así como productos de cosmética capilar y facial.
● Atención al cliente
Otro de los aspectos clave que convierten el Ciclo Formativo de Grado Medio de Josep Pons en una de las principales opciones de los jóvenes que quieren estudiar estilismo es la importancia que se da al factor humano.
Y es que una de las principales habilidades que se trabaja a lo largo de este curso de formación profesional es la comunicación y atención con el cliente.
El alumno aprende a recibir al cliente en recepción, a detectar sus necesidades, a saber escuchar sus objetivos de imagen, a asesorarle los mejores productos capilares y a argumentar todo el proceso de realización.
La posibilidad de poder atender a personas reales a diario permite al alumno perder el miedo a enfrentarse a las exigencias del mercado laboral, al mismo tiempo que mejora su comunicación en público y aprende a tratar con los clientes, un aspecto fundamental que debe dominar por completo un estilista en peluquería.
● Plan de carreras personalizado
La escuela Josep Pons destaca por tener el índice de colocación post formativa más elevado del sector. Y es que desde que empieza el curso, el tutor del programa formativo realiza un plan de carreras personalizado para conocer los objetivos de cada alumno y orientar su etapa formativa en función del futuro laboral que quiere construir.
Sin embargo, esto no es todo. A lo largo del curso el alumno también recibe una formación relacionada con la proyección de su carrera profesional, donde aspectos como la elaboración del Curriculum Vitae y de la Carta de Presentación para postular en ofertas laborales juegan un papel determinante.
Así, el alumno aprende a resaltar los aspectos más importantes de su recorrido académico y laboral, y a adaptarlos en función de la labor que deba desempeñar en la empresa donde quiera postularse.
● Amar la profesión
Siempre se ha sabido que la peluquería es una profesión muy vocacional. El estilista nace con una predisposición innata por el sector de la imagen, que va detectando a poco a poco gracias a tareas que le empujan a desarrollar habilidades como la destreza, la imaginación o la creatividad…
No obstante, muchas veces con la vocación no es suficiente. Para ser un estilista de éxito se debe amar la profesión. Y eso es una de las asignaturas que más se trabajan en Josep Pons.
Todo el equipo de profesores motivan al alumno y le enseñan a volcarse en la profesión. Le hacen ver todo su potencial y cómo gracias a éste puede ayudar a todas las personas que le confían su imagen realzando su belleza y potenciando su autoestima.
