Ir a la peluquería siempre es una actividad placentera y gratificante. Se tiene la certeza de que se va a salir de allí siendo la mejor versión de uno mismo, y no solo por la incuestionable calidad técnica y profesional del estilista.
Más allá de renovar la imagen apostando por un nuevo look, acudir a un salón de peluquería supone dedicarse unas horas para cuidar del bienestar personal, tanto físico como mental. El estilista en peluquería es como un confidente y amigo: escucha a sus clientes, les asesora, les realza su autoestima, les deja su espacio para relajarse,…
Y es que ser o no ser un buen estilista en peluquería no solo depende de la habilidad y capacidad técnica de cada uno. Evidentemente es un hecho muy importante – por lo que cabe apostar por una buena formación y la renovación de conocimientos constante – pero el factor humano también juega un papel determinante.
Es por eso que a lo largo de los dos años de formación del Grado Medio de Peluquería – impartido por profesores y profesionales en activo de la firma – también se trabaja el desarrollo personal y las cualidades necesarias para convertirse en un estilista de éxito.
● Vocación
Aunque pueda parecer extraño, la vocación también se trabaja.
Es verdad que mucha gente ya nace con una inclinación natural hacia una determinada actividad, pero los estímulos y la motivación que se reciben a lo largo de la etapa formativa también son una pieza clave para despertar la curiosidad.
De hecho, a lo largo del Ciclo Formativo de Peluquería, al que ya acuden muchos estudiantes con inquietudes relacionadas con la imagen personal, nuestro equipo docente les acompaña en todo su proceso de desarrollo personal donde reflexionan sobre la importancia del rol de los profesionales de la imagen en la sociedad actual a la vez que descubren sus facetas más creativas y sociales.
● Educación y facilidad para hablar con los clientes
Un profesional que trabaja de cara al público siempre deberá tener buenos modales y, por lo tanto, educación.
La peluquería es una profesión que requiere una gran capacidad de escucha y comunicación con el cliente. Para ofrecer el mejor servicio, el estilista debe cuidar su comportamiento y tratar con amabilidad y cortesía a todas las personas que entran por la puerta de su salón. Además, ante cualquier conflicto, el respeto y el saber estar serán determinantes ante la resolución del problema.
Es por eso que durante el Grado Medio de Peluquería los alumnos – siempre bajo la supervisión del profesorado – también aprenden a atender a clientes reales, perdiendo así el miedo a la interacción y dejando paso a sus habilidades comunicativas.

● Capacidad de trabajo en equipo
Como en cualquier empleo, la capacidad de trabajar en equipo es una cualidad profesional muy importante.
Cada trabajador o miembro del equipo debe dar respuesta a sus funciones, destacar en sus puntos fuertes y complementarlos con los de sus compañeros para maximizar los resultados. Apoyarse en los demás y dar lo mejor de uno mismo es clave para alcanzar cualquier meta.
Dentro del sector de la peluquería la capacidad de trabajo en equipo es primordial, sobre todo porque todos los miembros del salón son muy importantes a la hora de ofrecer un servicio excelente, que empieza desde recepción, pasa por peluquería y acaba, muchas veces, en estética.
● Sentido estético impecable
Saber apreciar el arte y la belleza es una aptitud necesaria para cualquier profesional que desee trabajar en el sector de la imagen.
La labor del estilista es embellecer a las personas que se ponen en sus manos a través de la peluquería, por lo que deberá tener un exquisito sentido estético y una gran capacidad de adoptar peinados y colores que favorezcan a cada cliente.
Por otro lado y no menos importante, el profesional de la peluquería también deberá cuidar la imagen personal que proyecta, ya que es la primera impresión que va a percibir el cliente una vez entre en el salón.
● Creatividad y estar al día de las nuevas tendencias
La peluquería es una profesión que requiere altos niveles de creatividad.
Es por eso que el estilista debe ser capaz de imaginar y crear nuevas propuestas que sean del todo sorprendentes, así como saber detectar las tendencias más potentes del momento.
Para ello, durante su formación de peluquería y cosmética capilar los alumnos aprenden a conocerse y descubrirse para saber en qué áreas se sienten más cómodos y capacitados para dar lo mejor de sí mismos.
Y es que a través de prácticas diarias con modelos reales, utilizan la creatividad para salir de su zona de confort y mantener despierta su inquietud de seguirse superando día a día.

● Constancia
Introducirse dentro del mercado laboral nunca ha sido fácil, ni abrir un negocio desde cero. Sin embargo, la constancia es el primer paso para derribar cualquier pared y desarrollar las cualidades profesionales.
Tener constancia permite ver al profesional en qué se está equivocando y consecuentemente lo empuja a buscar soluciones y nuevas fórmulas para mejorar sus resultados y así alcanzar sus metas laborales.
Ser constante en el trabajo es el primer paso para atraer el éxito.
● Productividad y eficiencia
Uno de los principios básicos del mundo laboral consiste en alcanzar los objetivos marcados gastando la menor cantidad de recursos y tiempo, empleando así cualidades como la productividad y la eficiencia.
Es muy importante que el estilista profesional sea capaz de ofrecer un servicio exquisito en un período de tiempo razonable que no lo prive de atender otras personas o áreas que necesiten sus competencias.
● Formación cultural
Para elevar la imagen profesional de uno mismo o del salón de belleza donde se trabaja es muy importante tener una formación cultural constante, sobre todo en el ámbito de la peluquería, donde las conversaciones con los clientes están a la máxima orden del día.
El estilista debe estar al tanto de la vida social y cultural del país, leyendo la prensa, interesándose por los temas de más actualidad y conociendo los personajes públicos más relevantes del panorama actual.

● Facilidad con las nuevas tecnologías
La innovación tecnológica siempre será necesaria en cualquier negocio. Sin embargo, actualmente el sector de la peluquería no puede entenderse ni sobrevivir sin el uso de las posibilidades que brinda el mundo digital.
El estilista debe conocer todas las herramientas que puede utilizar para dar a conocer su establecimiento e innovar en su modelos de negocio, apostando por la reserva de citas y venta de productos online, y abriéndose un perfil profesional en redes sociales como Instagram, por ejemplo.