La coloración capilar es mucho más que aplicar un tinte; detrás de cada tono hay una ciencia: la colorimetría. En peluquería, dominar la colorimetría es la clave para conseguir un color perfecto, logrando resultados precisos y personalizados para cada cliente.
En este artículo, exploraremos qué es la colorimetría, por qué es tan importante en peluquería y cómo aplicarla correctamente para evitar errores comunes.
Si buscas perfeccionar tu técnica y ofrecer los mejores resultados, sigue leyendo.
¿Qué es la colorimetría y por qué es esencial en peluquería?
La colorimetría en peluquería es el arte de entender cómo funcionan los colores en el cabello. No se trata solo de elegir un tinte bonito, sino de saber cómo interactúan los tonos, reflejos y pigmentos naturales para conseguir el color perfecto.
Si crees que basta con elegir un color del catálogo, ¡piénsalo dos veces!.
Hay que tener en cuenta el color base del cabello, el fondo de aclaración y la pigmentación natural. De lo contrario, podrías terminar con reflejos indeseados o un color apagado que no era lo que buscabas.
Los estilistas expertos en colorimetría aplican la teoría del color para crear fórmulas personalizadas y obtener el tono ideal. Analizan matices y subtonos para teñir, aclarar o corregir el color, teniendo en cuenta la pigmentación natural del cabello.
Gracias a este conocimiento, logran combinaciones únicas que realzan la belleza de cada persona con precisión y creatividad.
La estrella de Oswald: La herramienta clave para matizar colores

La estrella de Oswald es una herramienta invaluable en la colorimetría capilar, especialmente para aquellos estilistas que buscan dominar el arte de la coloración de cabello.
A partir de su estructura visual, los profesionales pueden entender cómo los colores interactúan entre sí, lo que les permite crear resultados más naturales, corregir reflejos indeseados y personalizar colores según las necesidades del cliente.
Con esta estrella como guía, la coloración capilar deja de ser un proceso al azar y se convierte en una ciencia precisa.
Está compuesta por los colores primarios (amarillo, rojo y azul) y sus combinaciones, formando una rueda que nos guía en la comprensión de la interacción entre tonos.
Dentro de esta rueda, cada color tiene su opuesto. Estos opuestos se utilizan para neutralizar los tonos no deseados en el cabello.
Por ejemplo, si un cabello teñido tiene un reflejo amarillo no deseado, un color violeta o morado, que es opuesto al amarillo en la rueda, se usará para contrarrestarlo. Este concepto es vital en la coloración, ya que permite crear colores más equilibrados y naturales.
Además de la neutralización, la estrella de Oswald también es clave para crear colores personalizados. Al entender las relaciones entre colores primarios y secundarios, los estilistas pueden mezclar tonos para obtener resultados únicos y adaptados al cliente.
Por ejemplo, para un cobrizo con más profundidad, se pueden combinar rojo y amarillo, o añadir un toque de azul para hacerlo más frío. Esta herramienta permite realizar mezclas precisas y profesionales.
Te invitamos a leer Colorimetría en el cabello de L’Oréal París
Conceptos clave: Niveles y tonos de cabello
Los niveles y tonos de cabello son conceptos fundamentales en colorimetría capilar, y entenderlos es esencial para lograr una coloración precisa y adecuada para cada cliente.
El nivel se refiere a la intensidad o profundidad del color del cabello, es decir, cuán oscuro o claro es el cabello en una escala de 1 a 10. Esta escala se usa para clasificar el color del cabello de la siguiente manera:
1: Negro intenso
2: Negro muy oscuro
3: Castaño oscuro
4: Castaño medio
5: Castaño claro
6: Rubio oscuro
7: Rubio medio
8: Rubio claro
9: Rubio muy claro
10: Rubio platinado o muy claro
Cuanto menor es el número en la escala, más oscuro es el cabello, y cuanto mayor es el número, más claro es. Este sistema ayuda a los estilistas a determinar qué tan claro o oscuro será el color final, dependiendo de la base del cabello del cliente.

Por su parte el tono se refiere a la temperatura del color, es decir, si el cabello tiene un matiz cálido, frío o neutro. Los tonos son fundamentales para lograr la apariencia deseada y evitar que el cabello adquiera reflejos no deseados después de la coloración.
Los tres tonos principales son:
Tonos cálidos: Son tonos que tienen una base de amarillo, naranja o rojo. Los colores cálidos son los más comunes cuando se busca un efecto dorado, cobrizo o rojizo en el cabello.
Tonos fríos: Son tonos con una base de azul, violeta o verde. Los tonos fríos se utilizan para crear colores más cenizos, platinados o ash (grisáceos), y ayudan a neutralizar reflejos cálidos no deseados.
Tonos neutros: Son una mezcla de tonos cálidos y fríos. Son ideales para aquellos que desean un color natural, equilibrado, sin que se note un exceso de cálidez o frialdad.
¿Cuál es la relación entre niveles y tonos?
Cuando se hace un cambio de color en el cabello, es crucial tener en cuenta tanto el nivel (la intensidad del color) como el tono (la temperatura) para obtener el resultado deseado.
Por ejemplo, un cabello de nivel 7 (rubio medio) puede tener un tono cálido (dorado) o un tono frío (cenizo), y ambos darán resultados visualmente muy diferentes.
Además, los estilistas usan el concepto de matizadores para corregir tonos no deseados. Si, por ejemplo, un cabello rubio tiene un reflejo amarillo (demasiado cálido), se puede aplicar un matiz morado para neutralizarlo, ya que el morado es opuesto al amarillo en la rueda de colores.
En resumen:
El nivel determina cuán claro u oscuro es el color, y se mide en una escala de 1 a 10, mientras que el tono refleja la temperatura del color, siendo cálido (amarillos, naranjas), frío (azules, violetas) o neutro (mezcla de ambos).
El conocimiento de niveles y tonos permite a los estilistas personalizar el color del cabello según las preferencias del cliente, corrigiendo reflejos indeseados y creando resultados naturales o impactantes.
Las Leyes de Colorimetría en Peluquería: Claves para una Coloración Perfecta

Cuando se trata de colorar el cabello, la colorimetría es una herramienta esencial y para dominarla, existen algunas leyes que creemos fundamentales que conozcas porque servirán de guía para lograr resultados precisos y naturales.
Aquí te explico de manera sencilla las más importantes:
1. Colores Primarios y Secundarios: En colorimetría, los colores primarios son el amarillo, rojo y azul. Cuando se mezclan entre sí, crean los colores secundarios, como el naranja, verde y violeta.
Los estilistas usan estos colores como base para neutralizar reflejos o crear nuevos tonos en el cabello.
2. Color Complementario: Cada color tiene un opuesto que se encuentra en el lado opuesto de la rueda de colores. Por ejemplo, el amarillo tiene su opuesto en el morado, el naranja en el azul, y el rojo en el verde. Esta ley es clave cuando queremos neutralizar tonos no deseados.
Si, por ejemplo, el cabello tiene reflejos naranjas no deseados, un matiz azul puede corregirlo.
3. Profundidad de Color (Niveles): El color del cabello se mide en una escala del 1 al 10, donde el 1 es el negro y el 10 es el rubio platinado. Esta ley nos ayuda a elegir el nivel adecuado según el resultado que busquemos, ya sea un tono más oscuro o más claro.
4. Subtonos: Los subtonos son los matices ocultos dentro de un color. Por ejemplo, un cabello rubio puede tener subtonos dorados, cenizos o beige. Conocer los subtonos es clave para elegir el tono exacto y evitar reflejos indeseados.
5. Reacción del Color: Los productos de coloración reaccionan de manera diferente según el tipo de cabello. El cabello natural, por ejemplo, puede absorber los colores de manera distinta que el cabello previamente teñido.
Esto es algo que los estilistas deben tener en cuenta al aplicar productos para asegurar que el color final sea el esperado.
En resumen:
Entender cómo los colores interactúan, cómo se neutralizan entre sí, y cómo afectan los subtonos, puede marcar la diferencia entre un color vibrante y bien logrado, y uno que no cumpla con las expectativas del cliente.
🚫 Errores comunes en colorimetría y cómo evitarlos 🚫
La falta de conocimientos en colorimetría puede llevar a errores que afectan el resultado final. Algunos de los más comunes son:
No tener en cuenta el nivel de color natural
Uno de los errores más frecuentes es no evaluar correctamente el nivel del cabello antes de aplicar un color.
Si el cabello tiene un nivel de base muy oscuro, por ejemplo, y se intenta aclarar mucho sin el uso adecuado de decolorante, el resultado puede ser desastroso. Siempre es importante tener en cuenta el color natural del cabello para planificar un resultado adecuado.
Usar el matiz incorrecto para neutralizar
A veces, se elige el matiz equivocado para neutralizar un reflejo no deseado. Por ejemplo, si un cabello rubio tiene reflejos amarillos, lo ideal es usar un tono morado o cenizo (que es opuesto al amarillo).
Si se elige un matiz cálido como el dorado o naranja, el problema solo se acentuará.
No considerar los subtonos del cabello
Los subtonos (dorados, cenizos, rojizos) juegan un papel crucial al elegir el color adecuado. Si no se tienen en cuenta, el color final puede ser muy diferente al que se esperaba. Un cabello rubio puede terminar con un tono naranja o verde si no se elige el tono correcto, lo que arruina el resultado.
Aplicar color sobre un cabello ya dañado sin repararlo primero
Si el cabello está muy dañado, aplicar color o decolorante puede resultar en un color desigual y dañar aún más la fibra capilar.
Siempre es recomendable reparar el cabello dañado con tratamientos previos antes de realizar cualquier proceso de coloración.
Sobreexponer el color
Dejar el tinte por más tiempo del recomendado no solo es innecesario, sino que puede alterar el resultado final del color y hasta dañar el cabello. Cada tinte tiene su tiempo de exposición ideal, y excederlo no asegura un mejor color, sino que puede tener el efecto contrario.
No realizar una prueba de mechón
La prueba de mechón es esencial antes de realizar un cambio drástico de color, especialmente cuando se usan decolorantes. Al hacerlo, se puede prever cómo reaccionará el cabello al producto y evitar sorpresas desagradables.
No corregir los reflejos después de un aclarado
Después de decolorar el cabello, los reflejos que pueden aparecer son inevitables. Si no se corrigen correctamente con el tono adecuado, el cabello puede adquirir matices indeseados como amarillo o naranja.
Es importante utilizar un matizador o un tinte con el tono correcto para equilibrar esos reflejos.
No comprender la teoría de los tonos fríos y cálidos
No entender bien la diferencia entre tonos fríos y cálidos puede llevar a errores en la elección del color.
Por ejemplo, si un cliente quiere un tono rubio cenizo pero se aplica un tinte cálido, el resultado será muy diferente al esperado, ya que los reflejos cálidos (como el dorado) prevalecerán.
Elegir el color sin tener en cuenta el tipo de piel del cliente
Los colores de cabello deben complementar el tono de piel del cliente. Colores muy cálidos pueden no quedar bien en personas con piel muy clara, mientras que tonos fríos pueden no lucir tan bien en pieles más cálidas.
Es importante asesorar al cliente teniendo en cuenta estos factores para lograr el resultado más favorecedor.
La importancia de una formación profesional en colorimetría

Para dominar la colorimetría en peluquería, la formación es clave.
En Josep Pons Formación, contamos con cursos de peluquería profesional donde podrás aprender todo lo necesario sobre coloración capilar: desde la teoría del color hasta técnicas avanzadas de matización y corrección de color.
Si quieres perfeccionar tus conocimientos y destacar en el mundo de la peluquería, infórmate sobre nuestros programas formativos aquí.